viernes, 26 de octubre de 2012

¡Vergüenza!


Vergüenza sobre los vocales del Consejo General del Poder Judicial que no han asumido el informe que propone revisar los desahucios. Aquí están sus nombres y caras. Si les conoces, si conoces a sus hijos, a sus cónyuges, a sus hermanos, a sus padres; si eres su vecino, su portero… pregúntales cómo es posible tener tan poca sensibilidad humana y no avergonzarse de sí mismos al mirarse al espejo. Cómo pueden hablar con sus hijos, sus nietos, sus amigos, sus vecinos, cuando todos saben lo que han hecho, cuando saben que son indiferentes al sufrimiento humano. Son también cómplices por omisión de las muertes, de los suicidios, del hambre, de la miseria que esa ley injusta provoca.

Aquí están: 
Gabriela Bravo Sanestanislao

Fernando de Rosa Torner

Antonio Dorado Picón

Concepción Espejel Jorquera

Almudena Lastra de Inés

Margarita Uría Etxebarría
Si te los encuentras en misa, pregúntales qué es lo que les importa, qué es lo que entienden por ética, moral y caridad.

martes, 25 de septiembre de 2012

Rubalcaba: el nacionalismo (todo) es de derechas.


Alfredo Pérez Rubalcaba pretende inocular la vacuna del federalismo para terminar con el independentismo catalán. Vana ilusión. Los nacionalismos en España no tienen ni tendrán final porque el nacionalismo es un chollo. Aquí han aparecido partidos nacionalistas en todas partes, incluso en Madrid (o lo que es incluso más risible, en Canarias), porque en este país, los nacionalistas, los líderes de los partidos nacionalistas, han sustituido con éxito a la gran figura de la política española de todos los tiempos: los caciques. Y los caciques lo que siempre han querido y quieren es que el pastel no se lo reparta nadie sino ellos.

El problema de los nacionalismos radica en el artículo 150 de la Constitución, que permite transferir competencias estatales a las Autonomías. Esto es el cuento de nunca acabar: jamás van a terminar las reivindicaciones autonómicas porque siempre hay nuevas esferas de poder (y de dinero) que conquistar.

Está claro que las Autonomías han sido muy útiles para la distribución de la riqueza y para el desarrollo armónico de España en los últimos años. Pero también es cierto que la deslealtad de los gobiernos de algunas de ellas ha provocado un estado de tensión permanente en las relaciones Estado-CCAA y, lo que es peor, entre los ciudadanos de las diferentes regiones de España. Ahora, además, y por culpa de la crisis económica que padecemos, algunas de cuyas causas tienen origen en el despilfarrador e ineficiente estado autonómico del que nos hemos dotado, las autonomías suponen un lastre económico casi imposible de salvar (un buen reflejo de esto son ridículas instituciones autonómicas que pagamos con nuestros impuestos, como el absolutamente innecesario Servei Meteorològic de Catalunya, cuyo extenso y caro organigrama puede consultarse aquí: http://goo.gl/baQiK).

Amigo Alfredo: ¿de verdad crees que en un estado federal los nacionalistas catalanes iban a cerrar sus inconstitucionales “embajadas”? ¿De verdad crees que se iba a dejar de tergiversar la historia de España en los colegios para alentar las ensoñaciones nacionalistas? ¿De verdad crees que no van a seguir pidiendo más dinero del que les corresponde con base en entelequias de déficit fiscal?

España, y eso te lo dirá cualquier constitucionalista, es ya un estado federal de facto. Los landers alemanes, los estados federados de EE.UU., los de Méjico, etc., no alcanzan el grado de autogobierno del que gozan Cataluña o el País Vasco.

Pero esto no importa: siempre va a aparecer un Ibarretxe o un Mas que tense la cuerda para que el resto de España, atemorizado (o eso creen ellos) ante la amenaza de la secesión, ceda a su chantaje.

Este estado de cosas sólo tiene una solución: la reforma constitucional, sí, pero de tal manera que, con la experiencia adquirida en estos años, se reduzcan las competencias autonómicas al límite necesario que asegure una mejor eficiencia en la gestión de los recursos públicos. Menos política y mejor gestión. Menos nacionalismo y más solidaridad. Porque es curioso que los nacionalistas más beligerantes sean siempre los de las regiones más ricas. Y si para ejemplo vale un botón, miremos a la Liga Norte italiana, que como aquí los partidos nacionalistas catalanes, pretenden no tener que contribuir con los recursos generados en su territorio al fondo de solidaridad que permite el desarrollo de las regiones más desfavorecidas del país.

Alfredo: hace ya tiempo que debimos quitarnos el complejo nacionalista periférico y dejar de pensar que la posición normal en el mundo de un catalán, un vasco o un gallego es el nacionalismo, y que, por tanto, el progresismo debe seguir esa misma línea. No señor. El progresismo debe seguir la línea de la libertad, de la solidaridad, de la justicia, de la fraternidad y de la igualdad entre los ciudadanos y entre los pueblos. Y estos valores son incompatible con el nacionalismo catalán, el vasco, el español o el nacionalsocialismo alemán, que, al final, en cuanto excluyentes por antonomasia, acaban convergiendo en lo mismo. Y si el PSC no está de acuerdo, pues que presente listas propias en las próximas elecciones, que ya está bien de templar gaitas.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Los comedores de patatas.

Animando a la búsqueda activa de empleo.
Este infame gobierno que nos está quitando en unos meses lo que ha costado generaciones obtener; este infame gobierno que miente por sistema; este infame gobierno que nos toma por idiotas cada vez que uno de sus miembros abre la boca; este infame gobierno de edecanes de los grandes grupos económicos; este infame gobierno de sectarios religiosos ultraconservadores; este infame gobierno de indignos que desprecian la necesidad y miseria a la que condenan a miles de familias españolas; este infame gobierno que nos mea y dice que llueve… Este infame gobierno ha subido el IVA de la carne y el pescado porque no son alimentos básicos. A este infame gobierno no le importa que nuestros hijos, como en los viejos tiempos a los que nos dirigen, se alimenten sólo de patatas si es que con ello pueden presentar a los grupos económicos cuyos intereses defienden las cifras macroeconómicas que les posibilitarán un mayor enriquecimiento.

Y este infame gobierno dice que es el gobierno de España.

jueves, 19 de abril de 2012

¡Vaya cadena de despropósitos!


Hechos:

1.- El Rey se rompe la cadera en Botsuana mientras está en una cacería de elefantes.

2.- Sale un chiquilicuatre con pinta de pijo relamido, que resulta ser nada menos que el VICEportavoz del PP (ahí es ná), y se permite poner al Jefe del Estado a los pies de los caballos insinuando que se ha ido sin conocimiento del gobierno.

3.- Bobadas varias de los miembros del gobierno sobre si se sabía o no se sabía que el Rey se había ido de caza (otra cosa son los comentarios de la oposición, que seguramente también desconocían los detalles sobre el viaje que ahora conocemos –véase punto 4).

4.- Sale a la luz que el viaje está pagado por el amigo del Rey que “consiguió” para España el contrato del AVE a la Meca.

5.- Se obliga al Jefe del Estado a pedir perdón en televisión de forma infantil (esto, si es que hay que hacerlo, se tiene que hacer por el propio gobierno con una nota de la Casa Real).

6.- No dimite nadie del gobierno.

Cuando redacté  mi post anterior, no se sabía el vital punto 4, que cambia por completo el panorama (afortunadamente sí que me referí a la necesidad de que el Rey alterne con individuos de diferente ralea en beneficio de los intereses de España, lo que nos ha servido, por ejemplo, para conseguir ese sustancioso contrato ferroviario desplazando a los franceses).

Lo único que chirría son los pobres elefantes (también dije que la caza –que me repugna- es una de las herramientas indispensables para la gestión de los parques nacionales, si es que se hace bien), pero dejando eso de lado quien merece una disculpa es el Rey.

El Rey nos sirve para eso, para hacer amigos, de los que España se aprovecha. Y a los amigos hay que corresponderles, y estos árabes son muy mirados para estas cosas. ¿Cómo va a desairar el Rey a ese señor por muy repugnante que nos resulte la caza de elefantes? ¿No se saca a cenar (y a lo que corresponda después) a los jefes de compras de cualquier empresa de medio pelo? Las relaciones personales son vitales en el mundo de los negocios, y en la política internacional, donde la mayoría de los actores cambian cada x años, más todavía.

Si tuviéramos un gobierno como corresponde, la sucesión de hechos tendría que haber sido la siguiente:

1.- El gobierno pide al Rey que agasaje al árabe como corresponda.

2.- El Rey se rompe la cadera en Botsuana mientras está en una cacería de elefantes invitado por ese señor.

3.- El gobierno sale en pleno a defender la gestión del Rey en interés de España.

Al margen queda su presunto affaire extraconyugal. Sería el primer Borbón que desaprovechara una ocasión así pero, en cualquier caso, eso es un asunto que tendrá que tratar con la Reina. 

Y que esto tenga que decirlo alguien como yo...

lunes, 16 de abril de 2012

¿Y si el Rey estuviera gagá y Rajoy fuera un incompetente?


El curioso incidente del monarca en Botswana tiene más facetas que un diamante bien tallado.

La primera, la absoluta falta de sensibilidad social de un rey que, en unos momentos de depresión económica sin precedentes, se da el lujazo de irse de cacería a un país africano.

La segunda, lo que es muy grave y a cualquier cargo público le costaría el puesto, que ese viaje se lo haya pagado un grupo de empresarios que viajaron con él en un avión privado y cuyos nombres, no me puedo explicar por qué, no han trascendido. Salpicada como está la monarquía por corruptelas varias, esto es a estas alturas inaceptable.

La tercera, que el sentir placer por la caza mayor, que de habitual consiste en ejecutar a un bicho que otro te pone a tiro, hace cuestionarse a qué lado de la escopeta está el más animal de los dos.

La cuarta, que la caza sea de elefantes, un animal que goza en casi todos los países en los que habita, de una protección especial. Y ello independientemente de que la caza sea uno de los medios de gestión de los parques nacionales para evitar la sobrepoblación de algunas especies que no pueden ser abatidas por los depredadores y que no tienen la salida de expandirse por otros territorios.

La quinta, que el presidente de honor de WWF sea un conspicuo cazador.

La sexta, que no es la primera vez que se le pilla al rey en una de estas: recordemos el oso borracho de Rusia.

La séptima, que el rey no puede poner en peligro la cohesión social de este país por darse un caprichito fuera de lugar en el fondo, en la forma y en razón de su casi octogenaria edad.

La octava, que el rey fuera a Botswana no sólo para cazar elefantes, sino también a alguna conejita de dos patas con quien ya se le había relacionado en el pasado.

La novena, que en su comportamiento privado (si es que lo tuviera, que yo lo dudo), el rey actúe con total desprecio al sentir general de los españoles, que consideran execrables este tipo de actividades.

Y la décima, y quizás la más importante, que el gobierno de España, que ahora está lleno de listos, no se hubiera dado cuenta de que el rey había salido de viaje y para qué.

Con todo esto (y seguramente con algo más), el rey ha demostrado que, a día de hoy, carece de capacidad para ejercer la jefatura de un estado como el español, quizás de mayoritaria ideología republicana pero de convicción juancarlista.

Yo, como puede suponerse, estoy en contra de la caza. Me parece que ese placer por matar que experimentan los cazadores deberían hacérselo mirar por un especialista, pero aun así, reconozco que el rey debe ser cazador. Y debe serlo porque no puede dejarse de lado la posibilidad de relacionarse socialmente con los típicos satrapillas que gozan con esta actividad. Debe ser cazador, esquiador, golfista, navegante, sportsman en general, para poder alternar en cualquier ocasión con quien sea necesario. Pero de ahí a que organice su vida y la de su país en torno a esas aficiones va un trecho.

Por otro lado, el pensar que el rey puede disponer de su vida privada a su antojo, creo que es desconocer su papel y las circunstancias en las que lo asumió y lo ejerce. Un rey no tiene que someterse a elecciones cada cuatro años, sino cada día. Ésa es la servidumbre que tiene tan alta dignidad (¿y si la cadera se la hubiera roto en un local de alterne en Bangkok?).

Y aquí es donde entramos en la responsabilidad del gobierno de Rajoy: si autorizaron el viaje malo, pero si lo desconocían, peor. Alguna cabeza tiene que rodar (y lo digo en sentido figurado, que cuando se habla de monarquía y de rodar cabezas, alguien puede querer ser demasiado literal). Esto por un lado. Por el otro, el Gobierno de España no puede dejar con el culo al aire al Jefe del Estado: si éste se ha ido sin permiso, no debe reconocerlo así, sino lavar ese trapo sucio en casa y adoptar las medidas necesarias para que el rey no vuelva a hacer de su capa un sayo (esas medidas debería haberlas tomado hace tiempo para prever estos y otros conocidos desvaríos de Don Juan Carlos).

Comparto al cien por cien las declaraciones de Tomás Gómez, seguramente el único que ha hablado con sensatez y firmeza en este asunto. Al rey le quedan cada vez menos años por vivir, y seguramente tiene derecho después de sus grandes e innegables servicios a España (por otro lado bien retribuidos), a elegir cómo quiere pasarlos. Pero si su elección es incompatible con la alta dignidad que su puesto requiere, tiene que abdicar en su hijo, lo cual no es ninguna tragedia ni ningún desdoro. Así, podrá ganarse el derecho a una vida privada que yo, desde luego, al Rey de España no le reconozco.

miércoles, 4 de abril de 2012

¿Y qué dice la Iglesia...


…de la ciudad del juego en España?

¿Cuál es su posición pastoral con respecto a un negocio que estimula los más bajos instintos de los ciudadanos?

No por casualidad a Las Vegas, la de verdad, se le conoce con el sobrenombre de sin city. ¿No va a abrir la boca Rouco sobre el proyecto español de la ciudad del pecado? ¿O tal vez piensa ya en celebrar en ella la próxima Jornada Mundial de la Juventud? Desde luego los chavales se lo iban a pasar mucho mejor, aunque, eso sí, en lugar de dormir en iglesias de barrio, tendrán que albergarse en casinos, salas de fiesta y prostíbulos. ¡Qué se le va a hacer!

A mí, que soy un rojo demoníaco, me llama la atención como dos partidos (PP y CiU) de esencia católica (o al menos eso dicen ellos), con dirigentes (algunos) de misa diaria y escapulario en el bolsillo, se estén disputando como lobos hambrientos la carroña del juego, la droga, el alcohol y la prostitución.

Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas. Es un conocido adagio americano sobre el despendole sin consecuencias que se ofrece y se busca en esa ciudad por los ciudadanos estadounidenses de bien, esos que leen la Biblia a diario y que tienen en la boca a Dios y en la mano la pistola. Y eso parece que les hace tilín a los Aguirre, Botella, Montoro, Rajoy, Mas, Trías, Durán y todos los demás. A mí no me cuesta trabajo imaginarme a la Aguirre y a la Botella, cachondas donde las haya, de rodillas en la cama, en ropa interior, con una botella espumosa de champán en la mano y con la corbata de un musculoso y complaciente gigoló (liberal, eso sí), en la cabeza. ¿Y a usted?

viernes, 30 de marzo de 2012

El tiro por la culata.


Centenares de miles contra la gaviota carroñera.
Pues parece que al PP le puede salir más caro de lo que pensaba su depredación del contrato social y del pacto constitucional.

Para empezar, las elecciones andaluzas. No es lo peor (para ellos) el enésimo fracaso de Javier Arenas Bocanegra, ni que haya sido nuevamente incapaz de arrebatar el gobierno andaluz a la izquierda. No. Lo peor (para ellos) es el auge de Izquierda Unida (¡los comunistas!), que ahora va a poder condicionar y escorar hacia la izquierda las políticas siempre más moderadas del PSOE. Y esto va a ser una constante en los próximos años, hasta que los socialistas sean capaces de rehacerse del varapalo de las pasadas elecciones.

Y para seguir (porque esto no parece que vaya a terminar aquí) la huelga y la multitudinaria manifestación de ayer (todavía no doy crédito), que ha sacado a la calle a gente que habitualmente no se manifiesta. Por algunas de las caras que vi, por los pendientes de perla y miradas de despistados, me atrevería a decir que había incluso gente de derechas de toda la vida (como Dios manda), que se han dado cuenta de que a sus hijos los van a tratar como mercancías y, claro, no les parece bien. Porque esta desvergüenza pepera está dando lugar a que la gente despierte, a que se reconozca en lo que es y a que se estrechen lazos de clase durante mucho tiempo dormidos.

Lo peor que le ha pasado en la historia al trabajador de la Europa Occidental ha sido la caída del Muro de Berlín. Mientras existía la amenaza comunista, el capital, miedoso como es, ofreció al obrero una serie de derechos y ventajas (sanidad, educación, participación en los beneficios económicos de la nación…) para evitar perder su posición de dominio. Una revuelta comunista en Europa era imposible, pues hasta el último de los obreros tenía más que perder que ganar con ello (¡si hasta tenía tele!). Pero hundida la URSS, los capitalistas perdieron el miedo, empezaron a hablar del fin de la historia y de la ideología única (la suya), y a poner los cimientos de este combate que estamos padeciendo contra el estado social, con el propósito de devolvernos a las relaciones laborales/sociales del siglo XIX. Casi lo han conseguido; en eso están, pero que no olviden que, por mucho que les pese, Marx tenía razón en la concepción dialéctica de la historia.

Pero quizás esta vez han mordido más de lo que pueden comer: están traspasando con total desfachatez las líneas rojas para invadir de lleno la dignidad personal de los trabajadores. Y ahora, cada cuatro años hay elecciones, y puede que, no sólo salgan disparados del gobierno de la nación, como sin duda saldrán, sino que quienes entren den la vuelta a la tortilla de una manera que no se esperan. Veremos lo que va sucediendo en las próximas elecciones en los demás países de Europa. Veremos cuánto tiempo perdura ese monocorde gobierno de derechas que hay hoy en Europa. Francia, Alemania, Italia, Reino Unido… ¿Cuánto más va a aguantar la gente a que los tecnócratas a sueldo de quienes les han empobrecido les quiten también los pocos derechos y ventajas que les quedan por permitir el enriquecimiento de los de siempre? La economía del miedo está explicada hasta la saciedad, pero ésta sólo es posible en regímenes dictatoriales. Aquí tenemos a los deleznables Jotapedros, Intereconomías y ansones intentando instaurar uno utilizando el miedo y la mentira sistemática. Pero eso no parece que vaya a ser suficiente (al menos para todos).

Disparar la pistola de Judas es lo que tiene, que te revienta la cara.

miércoles, 21 de marzo de 2012

El campanu y el señorito.

Para quien no lo sepa, el “campanu” es el primer salmón que se pesca cada temporada en los ríos asturianos. Por el honor de comérselo (aun cuando su carne es exactamente igual al que se pesca en segundo o quincuagésimo lugar) algunos presumidos con dinero pagan miles de euros al pescador que lo obtiene. 

Un señorito, todos sabemos lo que es. 

El próximo fin de semana se celebran elecciones autonómicas en Andalucía y en Asturias. En el primer caso, tocaban, y en el segundo, son la repetición de las del año pasado, pues el Macho Cascos ha sido incapaz de entenderse con nadie para gobernar, cosa que, por otra parte, no era de extrañar. 

Parece que en ambos casos las cosas están en el aire. En Andalucía se ha ido recortando la ventaja con la que partía el PP, con lo que es posible que no alcance la mayoría absoluta que necesita para gobernar, y en Asturias pudiera ser que ganara el PSOE, pero sin mayoría suficiente, pues se prevé una coalición de derechas entre el PP y Cascos. Todos sabemos que el gobierno de la nación está retrasando la publicación de los presupuestos para que no se espante el votante andaluz y asturiano que aún tenga un mínimo interés en la defensa de lo público. No obstante, las medidas que está tomando ya permiten ver por dónde van a ir los tiros.

Ya he cargado en otros posts contra los ingenuos que creían que el PP iba a defender los intereses de los trabajadores. La reforma laboral les ha quitado la careta y parte de la cara dura con la que prometieron lo que sabían que no iban a cumplir. Si, realmente, nunca hubo lugar al engaño, ahora, con la información que nos ha proporcionado el PP en sus primeros meses de gobierno, asturianos y andaluces ya no tienen excusa. Su voto va a decidir en Andalucía si gobierna el señorito o el currante, y en Asturias si manda el que pesca el campanu o el que se lo come. Y las consecuencias van a ser tan obvias que no merece la pena ni dedicar dos líneas más a este post.

lunes, 13 de febrero de 2012

Todos los días pasa un tonto por la estación de Atocha (2).

¿De verdad alguien creía que los del PP iban a gobernar a favor de los trabajadores? ¿Todavía quedan gilipollas de este calibre? La reforma laboral del PP ha quitado la careta definitivamente a estos sinvergüenzas. Sinvergüenzas por mentirosos, porque con cada acción de gobierno están contradiciendo las pocas promesas que hicieron en campaña electoral; sinvergüenzas por ladrones, porque tienen en la agenda la privatización (el robo) de servicios y empresas públicos que entre todos construimos y que a todos nos van a quitar para entregárselos a sus amigos/amos para que hagan negocio a nuestra costa; sinvergüenzas por delincuentes porque no paran de orquestar conspiraciones, la última condenar al instructor del juicio, para que los ladrones co-partidarios de la Gürtel se vayan de rositas; sinvergüenzas por cohonestar los abusos de los empresarios sin escrúpulos que llevan años abusando de los trabajadores a su cargo; sinvergüenzas por tratar de ocultar las medidas que toman a sabiendas de lo escandalosamente abusivas que son; sinvergüenzas por construirse un Estado a la medida olvidando el pacto constitucional; sinvergüenzas, en fin, por gobernar para una reducida casta de este país (y de los demás) dejando en la cuneta a la inmensa mayoría (muchos de ellos, idiotas que les votaron) de los españoles.
Ahora ya sabemos por qué dijo Rajoy que las únicas plazas de empleo público que no se amortizarían serían las de la policía. Se va a armar gorda (¡eso espero!).

jueves, 26 de enero de 2012

¡Dios nos ponga donde haiga!

El ser juzgado por los iguales es la razón de ser del jurado popular. Que sean tus propios conciudadanos quienes juzguen si tu conducta es reprochable, si está dentro del tipo penal y, por ello, merece un castigo.
Antes que nada que conste mi frontal oposición al jurado. Cuando a uno se le rompe una tubería, llama al fontanero, cuando está enfermo va al médico y no pide opinión sobre si lo está a la portera de su casa. La administración de la justicia, la aplicación del Derecho, no es ningún juego y no puede tampoco quedar en manos de unos ciudadanos desinformados, para quienes la decisión de culpabilidad o inocencia de un reo es un acto extraordinario en su vida, un acto para el que carecen en absoluto de preparación. Por eso siempre se ha dicho que si eres culpable, mejor que te juzgue un jurado y si eres inocente un juez profesional. En ambos casos tus posibilidades de salir con bien son más elevadas.
Pues esto es lo que ha pasado. Nadie que haya asistido al juicio de Camps puede dudar de que él no pagó los famosos trajes. No hay ratero en este país que se haya librado con la mitad de las pruebas acusatorias que se han presentado contra el ex presidente valenciano (en realidad, no hay ratero que se libre con la simple identificación de la víctima). Y sin embargo, el jurado popular, los conciudadanos de Camps como él recalcó, le han declarado inocente (a él y al ridículo niñato pijo de Ricardo Costa –el de los 100 gramos de caviar).
La razón de esta barbaridad jurídica no creo que haya que buscarla sólo en la afinidad política de los jurados, que también. Va mucho más allá y entra en las profundidades de la manera de ser de los españoles, o al menos, dada su procedencia, de los valencianos. Igual que Berlusconi era el fiel reflejo de lo que le gustaría ser al italiano medio, y por eso jamás perdió unas elecciones; del mismo modo que OJ Simpson salió absuelto por un jurado identificado con sus éxitos deportivos pese a la evidencia de que había asesinado a su mujer y su amante; al igual que ellos y muchos otros, Camps se ha convertido en el paradigma de sus convecinos y por eso éstos no pueden condenarle. Revalidados en las urnas sus trapicheos, el jurado popular no podía por menos que considerar, en una mayoría de 5 a 4, que su conducta ha sido honorable.
O que quizás no lo haya sido, pero que ellos también hubieran hecho lo mismo de estar en su posición. Seguramente la distribución de votos en el jurado está en línea con la forma de ser de los ciudadanos de este país (al menos del País Valencià) de pícaros: de cada nueve, cinco se dejaría sobornar o robaría, que viene a ser lo mismo, si tuviera ocasión. Con esta mayoría sociológica de sinvergüenzas, qué podemos esperar de este país.

miércoles, 25 de enero de 2012

La privatización de la Soberanía Nacional.

Era sólo cuestión de tiempo. La aventajada alumna de Margaret Thatcher (esa gran amiga de Pinochet) que tenemos por presidenta de la Comunidad Madrid, la lideresa popular por excelencia, esa mujer “cojonuda”, en palabras de Díaz Ferrán, modelo por otro lado del empresariado español de abolengo, ha dado un definitivo paso adelante.
No conforme con la privatización de cualquier ente público (o sea, nuestro) que pueda repartir beneficios entre sus fieles amigos, ahora toca la soberanía nacional. Así lo ha anunciado sin sonrojo alguno: hará lo que haga falta para que se instalen en Madrid los mafiosos del juego de medio mundo. Gracias a ello se crearán miles de puestos de trabajo, abriéndose dos nuevos nichos de negocio para los emprendedores más decididos: la prostitución y el matonismo. Nuestras hijas e hijos tendrán así un prometedor futuro profesional por delante.
Claro que para ello hay que hacer algún retoque de menor importancia, como cambiar al antojo de los “empresarios” del juego las leyes emanadas del parlamento (nacional o regional). Es la empresa privada la que tiene que tomar el mando y decidir si lo que las leyes, máxima expresión de la soberanía popular, dicen vale o no vale para que ellos puedan hacer negocios a sus anchas y ganar todo el dinero posible. Dinero que sacarán de los bolsillos de los pobres idiotas que todavía creen que se puede ganar contra la banca (del casino, claro).
La privatización del parlamento. ¡Qué gran lección liberalista! ¡Y qué gran ahorro para el ciudadano! En época de recortes como la que vivimos, ¿qué mejor que sustituir las caras e ineficientes cámaras legislativas por un directorio de contables que analice los beneficios y costes económicos de cualquier iniciativa que pueda presentarse y decidir así sobre su aceptación?